Las recomendaciones de Monseñor


El nuevo padre de una parroquia estaba tan nervioso en su primer sermón que casi no pudo hablar. Antes de su segundo sermón le preguntó al Monseñor cómo podría hacer para relajarse y éste le contestó que la próxima vez que subiera al púlpito pusiera un poco de vodka en el agua y, que después de unos sorbos, todo saldría bien, estaría más relajado. El domingo siguiente puso el consejo en práctica y sintió que podría hablar incluso en medio de una tormenta, se sintió de maravilla.

Después de regresar a la Rectoría de la parroquia, encontró una nota del Monseñor que decía:
"Querido padre: me alegra ver que ha perdido usted la vergüenza de la primera vez y que sigue usted mis consejos, pero tengo que hacerle unas observaciones respecto a su misa de esta mañana:
La próxima vez tome sorbos en lugar de lingotazos.
No ponga hielo y limón en el copón.
El misal no es un posavasos.
El manto de la imagen de N. S. J. no debe ser usado como servilleta.
Existen 10 Mandamientos, no 12.
Existieron 12 discípulos, no 10.
No nos referimos a nuestro Salvador Jesucristo y sus Apóstoles como Chus y sus colegas.
David derrotó a Goliat con una honda y una piedra, nunca le voló el culo con TNT.
No nos referiremos a Judas como "ese cabrón..."
El Papa es sagrado, no castrado y no nos referiremos a él cómo "El Padrino".
El padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son Papi, Junior y El Aparecido.
Judas vendió a Jesús en el sanedrín y no en El Corte Inglés, y fue por 30 monedas de oro y no por mil duros.
Y, por último, el Faraón mandó a los judíos al desierto y no a tomar por culo.
Atte. Monseñor"